Sobre Aprendiendo de seguros

Quiero dejar de ser el patito feo

3 minutos de lectura

14 marzo de 2023

Pato de collar verde (ánade real macho) de pie en el agua, extendiendo las alas, con un contorno verde brillante alrededor de su figura, sobre un fondo de agua clara.

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Hace un par de meses atrás, fui a ver un show de un conocido humorista chileno que se dedica al stand up comedy y por culpa de un pequeño atraso, cuando llegué al lugar, solo quedaban disponibles las mesas que estaban muy cerca del escenario. A este humorista (que a todo esto, a mí me gusta mucho el tipo de humor que hace) le gusta interactuar con el público y la típica pregunta que hace para iniciar la conversación es: ¿Y usted, amigo, a qué se dedica?

Abucheo para los seguros


Dado que quedé sentado prácticamente en primera fila, sabía que había una alta probabilidad de que me hiciera la pregunta de rigor, no pasó mucho rato y de repente me miró y me dijo: ¿Amigo y usted a qué se dedica?, y para ser lo más franco y simple posible, dije: “a la venta de seguros”.

Lo que siguió después fue un crudo e intenso abucheo, todas las personas que estaban en el show me pifiaron intensamente cuándo supieron que yo me dedicaba a vender seguros.

Luego el humorista me preguntó: ¿Amigo, qué piensa cuando ve la reacción de la gente?, a lo que respondí: “trato de hacer las cosas mejor cada día”.

La realidad supera a la ficción


Yo que me dedico a este rubro, siempre escucho que las personas tienen, en general, una muy mala opinión de la industria de los seguros, pero, ¡muy distinto es ser abucheado por al menos 100 personas!, esto me mostró aún más claramente la cruda realidad en la cual aún se desenvuelve nuestra industria.

¿Por qué las personas odian los seguros?


Cuando me cuestiono las razones por las cuales las personas odian a los seguros, siempre llego a las mismas conclusiones:

  • Heredas el sentimiento. Es decir, tu entorno, ya sea familia o amigos, odian los seguros, entonces tú también te contagias de ese sentimiento, porque los análisis que llevan a esas personas a sentir así son válidos, no es un producto atractivo a adquirir, por el contrario, lo compras por obligación, muchas veces asociado a eventos desafortunados y tristes. No puede haber peor combinación.

  • Las personas que contratan seguros han tenido malas experiencias. Compran un seguro a regañadientes para que cuando necesitan hacer efectiva su cobertura, la atención sea poco oportuna, confusa, eterna o peor aún, el seguro no se haga cargo del siniestro por alguna cláusula incluida en una póliza en el punto n.º 1000 que la persona nunca llegó a leer.

¿Cómo hacer que los seguros dejen de ser el patito feo?


Como yo lo veo (y lo vivo cada día), este es un problema difícil y largo de resolver, porque además de ser operativo, es cultural. Entonces, ¿cómo logramos que bajo esta misma circunstancia, la sociedad reconozca y aplauda a la industria de los seguros? Aquí les comparto algunas ideas al respecto:

  • Debemos ser brutalmente honestos y transparentes. ¿Cómo lo hacemos? Pues, ofreciendo seguros entendibles y claros, asesorando correctamente a quienes buscan seguros, haciendo que nuestros productos sean más cercanos y también más reales, es decir, que se ajusten tanto a personas como grandes empresas o a las pequeñas y medianas empresas que los necesiten.

  • Los seguros deberían ser para todos. No solo para las personas que cuentan con más recursos, o las empresas con alta rentabilidad (que no superan el 10% del total de las empresas existentes), no únicamente para las personas sanas y jóvenes, etc. Los seguros deben ser para todos: abuelitos, personas que no cuentan con ingresos, Pymes, inmigrantes, comerciantes, emprendedores, entre muchos otros grupos excluidos del actual sistema asegurador de Chile.

Esta es mi lucha, la de un emprendedor que trabaja en el mundo de los seguros y trata por todos los medios posibles de convertirla en una industria mejor cada día. Y esta es mi invitación: dediquémonos a desarrollar productos que realmente sirvan a todas las personas y hagamos que su experiencia sea memorable cada vez que tengan que interactuar con nosotros, en cualquier parte del proceso.

Al final, el trabajo bien hecho y el tiempo que invirtamos en él, paga. Y cuando haces las cosas con humildad y transparencia, paga el doble, estoy seguro.

No quiero ser más el patito feo o que, por lo menos, cuando las personas escuchen a lo que me dedico, no me abucheen.

Te invito a leer más de estas reflexiones en nuestro blog, donde podrás encontrar más ideas sobre los seguros, Pymes y vivencias.

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